"Pido perdón a los niños por haber dedicado este blog a personas mayores. (...) quiero dedicar este blog a los niños y niñas que estas personas han sido. Todas las personas mayores fueron primero niños (pero pocas lo recuerdan). Corrijo entonces mi dedicatoria."

Adaptación de la dedicatoria del libro "El Principito", de Antoine Saint-Exupéry




miércoles, 4 de mayo de 2011

Las mariquitas siempre caminan hacia arriba

El mundo está en crisis. ESTAMOS en crisis, de hecho. Tú también estás en crisis, te lo anticipo, y si todavía no lo estás, espérate y dentro de unos días me lo cuentas. Lo siento, pero estoy de un destroyer que no me lo creo ni yo.

Por una parte, está la crisis económica, por si alguien no se había enterado. La crisis económica está en todas partes menos en Zara, en el Corte Inglés y en los restaurantes de la cadena VIPS, lugares que permanecen inalterablemente llenos pese a que la televisión diga lo contrario. Donde sí que se nota la crisis es el el INEM, aunque sinceramente, siempre lo veo igual de lleno, con la misma cola maligna que yo creo que es fija,  porque vayas a la hora que vayas no mengua. En definitiva, que hay poco trabajo y pocos ingresos.

Sin embargo, yo no voy a hablar de esa crisis, entre otras cosas porque estoy cansada de oír hablar de ella, y no deseo yo para vosotr@s lo que no quiero para mí misma.

Yo hablo de otra crisis.

Cuanto más hablo con la gente, más me doy cuenta de que no es una cosa sólo mía, que la gente está atravesando un momento delicado. Estamos en la era del "Bien, como siempre", y ya ni siquiera eso, asi que yo cada vez que le pregunto a alguien que cómo está lo hago con cierto acojone implícito, porque no sé por dónde me va a salir tal y como están las cosas. Parejas que se rompen (y que acaban poco a poco con el paradigma del amor, porque las tenías idealizadas por completo), contratos que se terminan, amistades que se quiebran, exámenes que no acaban de salir, singles de Bisbal en la radio y una desmotivación general que hacen que la palabra "apatía" esté en el Top Ten de la lista de sentimientos que percibo en la Humanidad.

Mi equipo de trabajo, para no variar, también está en crisis. Es algo lógico, porque la suma de un grupo de personas que están en crisis personal tiene como resultado un conjunto de angustia vital que genera una crisis global laboral, y si leerlo te está pareciendo angustioso, no te quiero contar lo que significa sentirlo. Hoy me reía con M., la orientadora, cuando me contaba que le acaba de salir una calentura mientras yo le explicaba que llevo 5 días con la úlcera sangrando. Si en este momento estuviese embarazada, estoy segura de que daría a luz un niño calvo por el estrés.

Hoy he tenido un día catalogable como "criminal". En este maremágnum de crisis global podríamos decir que es el pan nuestro de cada día, pero de verdad que ha sido especialmente horrible. Las horas pasaban lentas al principio y de repente, cuando el volumen de trabajo ha aumentado como la marea en primavera, el reloj se ha acelerado y para mí que ha pasado de las 11 a las 2 directamente, sin realizar los pasos oportunos. Cuando creía que mi cabeza podría explotar en el sentido literal de la palabra, he recogido los trastos y he decidido que oye, que antes de que me explote la cabeza y no pueda volver a ir a la peluquería a cambiarme de look por falta de soporte físico, que lo suyo era irme a comer porque ya no se podía hacer mucho.

Bajando por el camino, he visto una mariquita posada en un rosal del jardín, y me ha sacado la primera sonrisa del día (y ahora descubro horrorizada que de la semana). Podría parecer algo tan interesante como encontrarse una cochinilla de tierra o una babosa de agua, pero lo de la mariquita tiene una historia detrás que justifica una y mil sonrisas.

Cuando entré al cole y viví la primera crisis global, H.M. me contó que ella, para momentos de éstos, intentaba buscar un símbolo, una imagen, algo que le recordase que aunque haya situaciones en las que parece que no queda nada por torcerse, siempre hay una salida, un camino, una vía de escape. O al menos que el mundo no se termina aquí, ahora, en esta situación, en esta crisis.

Charlando del tema, decidimos buscar entre las dos un símbolo para mí, y en ese momento, encima de la mesa, vimos abierto un libro de insectos del campo que teníamos preparado para los peques. En la página central aparecía lustrosa una mariquita gigante cuyas alas se desplegaban para deleite de l@s pequeñ@s lectores, y H.M. exclamó:

- ¿Sabes? Las mariquitas siempre caminan hacia arriba.

- ¿Cómo que siempre caminan hacia arriba? - respondí yo.

- Sí, que siempre caminan hacia arriba, que no pueden desplazarse hacia abajo, porque siempre buscan la dirección contraria a la gravedad. Por ese motivo, siempre las verás ascender y nunca descender- explicó.

- Muy curioso- contesté.

- Oye, ¡es un gran símbolo! Te lo puedes quedar, y siempre que veas una mariquita en algún lugar te puedes decir a tí misma que siempre hay que caminar hacia arriba, en contra de la gravedad, en contra de dejarte llevar por lo que te atrae hacia abajo.

Podrá parecer infantil, pero ¿acaso hay algo más puro, más sincero, más grande que lo infantil?

Desde entonces, la mariquita se convirtió en mi símbolo. Puede parecer un apoyo absurdo para enfrentar todo lo que me hace sufrir, lo que nos hace sufrir. pero en momentos de crisis de repente una va caminando por el jardín, ve una mariquita posada en un rosal y saca una sonrisa para pensar que aunque las cosas se tuerzan (y se tuerzan tanto, joder, querido dios, un poco de compasión), siempre se puede elegir escapar de todo lo que me atrae hacia abajo, dar la vuelta y caminar, caminar hacia arriba, no huyendo, sino buscando un lugar en el que posarse de nuevo y esperar a que pase la tormenta y salga de nuevo el sol.


Y el sol va a volver a salir, palabra de mariquita.



1 comentario:

  1. Si te consuela no eres la única que tiene malos días y si no te importa te copio la mariquita como símbolo para tirar pa alante o pa arriba como tu prefieras!!pero me parece a mi que paso tanto tiempo en la agencia que no voy a ver minguna mariquita en muchos días...cambiaré mi mariquita por leer un post tuyo, que por lo menos me hace reflexionar y ver que los días no son tan largos, ni tan horribles.
    una vez más gracias!!!

    ResponderEliminar

¡¡Gracias por dejar tu comentario!!