"Pido perdón a los niños por haber dedicado este blog a personas mayores. (...) quiero dedicar este blog a los niños y niñas que estas personas han sido. Todas las personas mayores fueron primero niños (pero pocas lo recuerdan). Corrijo entonces mi dedicatoria."

Adaptación de la dedicatoria del libro "El Principito", de Antoine Saint-Exupéry




sábado, 19 de mayo de 2012

Estás gorda

Yo no sé qué cojones lleva el agua que beben las modelos, que se trincan dos litros y se mantienen toda la vida en una 34 de pantalón. Y no les hace falta nada más, ojo, todo es dormir 8 horas, beber dos litros de agua y ser feliz. Venga, coño.

Yo llevo más de la mitad de mi vida siguiendo algún plan de dieta. Yo bebo dos litros de agua al día, de la normal, de la del grifo de Madrid (que es la mejor del mundo) y lo único que hago es orinar (verbo asqueroso por cierto, bastante peor que mear a secas) de mil a mil quinientas veces diarias, pero adelgazar, lo que se dice adelgazar, pues no lo consigo. Y menos consigo que me quepa un pantalón de Stradivarius, tienda pensada para adolescentes de Biafra y nunca para mujeres de cualquier otra nacionalidad, edad o procedencia.

Por otro lado duermo con una calidad inmejorable, y pese a mis pesadillas tarantinianas consigo conciliar el sueño tantas horas como me lo proponga, consiguiendo en ocasiones incluso saltar de un día a otro sin tiempos de vigilia, así que no entiendo en qué estoy fallando y por qué no estoy tan buena como Gisele Bundchen, que es con diferencia la tía más buena de este planeta. Supongo que será herencia genética, porque si no no me lo explico.

El caso es que por mi herencia genética tengo una altura considerable que me permite (además de llegar a todas las estanterías y ver al vocalista de un grupo en un concierto por encima de la masa maligna) disimular aquellas pequeñas lorzas que la vida tenga a bien colocar en mi cuerpo con mayor agilidad que otras personas. A tí te sobran 10 kilos y parece que te sobran 20 y a mí me sobran 20 pero cualquiera diría que son 10 (hipotético todo, claro, si me sobrasen 20 kilos no estaría aquí tirada).

Lo que yo soy es una mujer española, con cuerpo guitarrero y gusto culinario. Por ese motivo me paso, como decía antes, la mayor parte del tiempo intentando bajar sin éxito un par de kilos para luego permitirme ponerme hasta el culo en cualquier ocasión venidera propicia.

El sábado pasado, una compañera con las que tengo mis roces (vamos, que no me aguanta) me llamó gorda, completamente en serio y delante de todo el mundo. Una madre me ofreció una galleta a la salida del cole y ante mi quinta negativa (se pueden aborrecer las galletas currando en un cole, de verdad que sí) ella le dijo a la madre:

- Ofrécesela a Fulanita, que está delgada.

- ¿Me estás llamando gorda? - le dije yo, medio en serio medio en broma.

- Pues mujer, un poco sí. Si no, te comerías esa galleta y otras veinte.

Y se quedó tan ancha.

Me sentó como un tiro, la verdad. ¿Será porque me atacó a una parte de mí que me creo a medias? Pues lo mismo sí, o lo mismo no. El caso es que el ataque a lo físico es muy fácil y jode mucho más que que te llamen "lerda"; porque en una sociedad en la que la imagen es todo una se siente herida en el orgullo cuando le dicen "no estás dentro de los cánones estéticos que han establecido El Corte Inglés y Sara Carbonero".

Con esta reflexión estaba yo cuando pensé en una cosa que ha ocurrido estas semanas atrás.  El tema es el siguiente: hay una niña de 6 años que está gorda. No "rellenita", ni "entrada en carnes". Objetivamente, está gorda, es decir, muy por encima del peso normal e incluso el sobrepeso normal de su edad.

El resto de sus compis se lo dicen con bastante frecuencia, pero sin ninguna maldad. Para ell@s es un dato completamente objetivo: ella es gorda, la otra es rubia, este niño es cojo y el otro es alto. No lo viven como algo peyorativo, sino como una evidencia a ojos de cualquiera, y la niña en cuestión tampoco lo lleva mal, lo vive como algo normal. Por eso decimos que l@s niñ@s son crueles, pero al revés, son totalmente sincer@s. No entienden por qué si a una persona le falta un brazo no se le puede tratar como tal, por qué hay que hacer como que eso nunca ha pasado. Y es completamente normal que, en su curiosidad infantil, pregunten al susodicho:

- Oye, y a tí ¿por qué te falta ese brazo?

Es en la madurez, cuando empezamos a llenarnos de prejuicios y de miedos, cuando vemos las cosas evidentes como algo negativo. Es el rasero de la perfección que nos autoimponemos el que nos dice: "estás dentro" o "estás fuera".

El caso es que la madre de esta pequeña oyó como el resto de sus compañeros y compañeras decían "Menganita es esa niña de ahí, la que está más gorda" y se traumatizó. Se quejó al colegio y pidió que la pusiésemos a dieta. Nada de lácteos, nada de pasta, ni pan, nada de galletas ni de batidos. Cuando el resto tienen helado, ella tiene una pera, y claro, los niños y niñas empiezan a asociar: si estás gorda, tu vida es una mierda, tan horrible que no puedes comer arroz con leche los viernes. Y tu madre se enfada, y la profe te mira con cara de pena.

Cada vez que hacían referencia al tema, les llamábamos la atención. "Eso no se dice", "No seáis maleducados", "Pídele perdón": "¿Perdón por qué?" preguntaban. "¡Si es que es verdad!" se quejaban.

Así fue como la pequeña comenzó a asociar su forma física con algo negativo. Lo que antes era un comentario infantil comenzó a hacer que la muchacha llorase por las esquinas y la madre estuviese cada vez más nerviosa. La cosa ha ido empeorando hasta que la madre ha tomado la decisión de llevársela del cole y meterla en otro con la esperanza de que su pesadilla deje de serlo.

Mi pregunta es: ¿cambiará la cosa? ¿O estará una niña tan pequeña dentro del bucle obsesivo de "la imagen lo es todo" desde tan temprana edad por culpa de una obsesión adulta?

Yo sigo con mi reflexión, y pensando cómo puede ser que en este mundo, con la cantidad de cosas que pasan, una niña de 6 años y yo estemos unidas por la misma lacra social que une a miles de personas. Que cualquier persona, para hacernos daño, pronuncie tan sólo dos palabras:

"Estás gorda".






2 comentarios:

  1. La gente ya no ve a personas, ve directamente que tienes tal coche, posees tanto dinero, has cursado tal carrera o tienes tal o cual rasgo físico al que llaman defecto. No se judga a las personas por lo que son, sino por lo que tienen. A mi siempre me encantaron tus "lorzas", porque eran tuyas.

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  2. Me encantan tus reflexiones, tus puntos de vista y si, somos les adultes quienes deberíamos prestar atención a les más bajites y no para reprocharles sino para copiarles esa inocencia al decir las cosas sinceras y no enjuiciar lo que es evidente de un modo peyorativo.
    Siempre he sido del club de las "rellenitas", hasta que supe cuál era el "desorden químico orgánico" que mi organismo tenía para acumular líquidos y grasas de una forma anormal para la cantidad de comida que siempre he comido.
    Quizás un poquito más de conciencia alimenticia...saber cómo lo comemos, por qué y cuando...Por ejemplo: yo como queso (me encanta) en exceso cuando tengo ansiedad, sino tengo ansiedad, me quedo bien con un trocito...El queso es como un pegamento para el tema emocional y como la ansiedad es una emoción, me meto en una espiral...
    Me gustaría ver las fotos de infancia de la madre de la niña de 6 años...igual no ve a su hija.... ;-)
    Un besazo y sigue enseñando al mundo....sigue escribiendo, no dejes de hacerlo y si es con dibujo, mejor que mejor (a por el 6).

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